Tendré que ir por partes, para no escribir un post de esos de sobredosis.
Para empezar, tengo que decir que hablar de italianos es hablar (técnicamente) de compatriotas míos. No obstante, siempre matizo que hay una parte de italianidad que no comparto, si es que queremos suponer que hay una idiosincrasia más o menos homogénea a un porcentaje alto de personas con pasaporte italiano.
Para empezar, quiero decir que la capital de la moda, Milán, tiene el aeropuerto más roñoso que he visto en mi vida, y eso que de los dos que hay he ido al más nuevo. La peste (que en catalán es ferum, que queda perfercto para la ocasión) que echaban esos lavabos... buf! Y no es que la gente sea solamente guarra, es que los deben de limpiar poco, porque ya os digo que ese olor no se condensa de esa manera en 24h.
Lo segundo (por orden cronológico) es la conducción temeraria. Hacen largas sistemáticamente, aunque te encuentres en medio de una caravana típica de las que hay cada día en los alrededores de Milán. Aunque sepas que probablemente 500m. más adelante tendrás que frenar bruscamente, tienes que adelantar a todos los que puedas, y si liteteralmente los echas del carril a ráfagas de largas y bocinazos... ¡mejor!
Llegamos a pensar que era normal, que no era de chulo y de prepotente, como lo es en España. Pero mi familia me dijo que esa actitud está considerada allí igual que aquí. Simplemente, la gente es más chula y más prepotente (aunque a veces parezca imposible).
Parece que les den puntos por conducir como si fueran Giancarlo Fisichella. Y digo este indiviuo-piloto por la nacionalidad y porque si no te apartas te van a estar puteando hasta que se cansen (sí, lo he comprobado). Largas a todo el mundo, aunque vayas a 150 km/h, ellos querrán ir a 200.
Y esto enlaza con la tercera observación, ya que realmente tienen coches que les permiten ir a más de 200km/h sin problemas. Nunca me habían adelantado tantos Porches, Mercedes-bólidos, BMW-pez y BMW-familiar, y Alfaromeos-GTAs etc etc etc. IM-PRESIONANTE. Durante el trayecto Milán - Trento (unos 300km aproximadamente) conté unos escasos 5 o 6 coches realmente viejos. Sí que había utilitarios normales, como en todo el mundo, pero en general la cantidad de coches de lujo era muy muy superior a lo que se acostumbra a ver en las carreteras de los alrededores de Barcelona (por ejemplo).
Para concluir el post de hoy, solo diré que la próxima vez que vaya de visita familiar no iré al aeropuerto de Milán, para evitar las colas habituales y porque parece que cuanto más te acercas a esa ciudad más loca está la gente. Debe de ser normal, no lo sé. En serio, si os pensais que en vuestra ciudad hay demasiado tráfico, coged el coche e intentad tomar alguna de las rondas que rodea Milán. Volvereis pensando que España está despoblada.
Aún así, el viaje ha estado genial.
Bien, y ahora me voy a ver el telediario, porque tanta desconexión no puede ser buena. Desde el comedor me llega vagamente el estupidificante shesheo de Rajoy... no haré más comentarios.
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