Primera entrega de esta serie de entradas por fascículos que dedicaré a personas públicas o privadas, empresas, organizaciones o lo que sea que merezca mi más absoluto desprecio o sentimiento análogo que especificaré en su momento...
Tiene el gran honor de ser mi primer odiado... tachán tachán:
Vertix.. vértigo es lo que me da ver como destrozáis las costas para construir segundas residencias para burgueses de quiero y no puedo. De color café, arándano, crema, caramelo... trozos de tarta para nada dulces ni naturales que más bien parecen fichas de dominó colocadas en fila (...). (Nota: las casas de la foto son las que tienen el color que menos ofende a la vista.. ya documentaré mi descripción con material gráfico, no os preocupéis).
Y señores y señoras, doblemente os odio, a los que compráis esas aberraciones de la arquitectura que ofenden a la naturaleza y al ojo humano. Sois cómplices de la especulación urbanística y del afeamiento del paisaje. Por desgracia, puede ser que a alguien le parezcan bonitas esos
tuperwares adosados plantados en urbanizaciones de cortar y pegar, pero quiero que sepáis que antes de que alimentárais la vorágine estábamos mejor, con menos contaminación (de todo tipo... sonora inclusive, sí).
El otro día bajé a la zona de St. Jordi d'Alfama, en los alrededores del delta del Ebro. Casi me da un ataque al corazón al ver los nuevos archivadores vacacionales de personas, con embellecedores, que esta constructora ha depuesto cerca del mar. No solo me entristece a muerte haber perdido uno de los rinconcitos que más amaba de mi provincia (si bien aún no lo han destruido todo) sinó que además, esas personas que han comprado las deposiciones (del verbo "deponer") no podrán disfrutar nunca del pequeño recuerdo que al menos a mí sí me queda de esa zona tal y como estaba antes. Estoy segura de que les hubiera gustado mucho (se siente, destructores).
A mis lectores.. la vivenda es una necesidad y un derecho, sin duda. Pero por favor, el día que se os ocurra hipotecaros por cualquier proyecto de estos, pensad antes que hay casas ya contruidas, apartamentos asequibles, adecuados a las necesidades de cada uno, que aunque cuando se construyeron alguien hizo una entrada de blog mental parecida a esta, ahora ya están allí. Quiero decir que por un lado hay vivendas que se acabarán viniendo abajo, mientras construyen otras nuevas en otros lugares. Deberíamos ser todos un poco más racionales.
Me pregunto si la solución, el salir de la ciudad, es urbanizar hasta el infinito otras zonas... de qué naturaleza van a disfrutar, si cubren de hormigón toda la costa? Nos van a traer la ciudad hasta aquí, hasta donde vivimos los que hemos decidido llevar otro estilo de vida.
Y no os excuséis, sois cómplices. Y borregos además.