lunes, agosto 20, 2007

Las vueltas que da la vida

C. decía que no podría nunca ser vegetariana porque le gustaba demasiado el jamón. Ahora vive en un país cuya cultura no permite comer jamón ni nigún derivado del cerdo.

Algunos dirán que aún así no deja de ser mejor que ser vegetariano, porque al menos comes pollo, por decir algún otro cadáver comestible...

Yo siempre dije que no viviría en un lugar sin mar, porque antes me moriría... y parece ser que esa aseveración también se pondrá a prueba.

No hay comentarios: