Me congratula anunciaros que acabo de sobrevivir a la tormenta de peste de tabaco y sudor y acento mallorquín exagerado que ha poblado mis alrededores en esta sala de ordenadores de la facultad.
Puedo respirar tranquila.
Gracias al tabaco, que ha hecho que a la criatura susodicha le haya entrado mono y se haya ido a seguir cultivando su peculiar olor corporal.
martes, febrero 20, 2007
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